El otro día me di cuenta de algo muy curioso que teníamos en la época y que lo hemos perdido.
Siempre se habla de que no había Internet, no podíamos ver los juegos en movimiento... y muchos no siempre teníamos justamente la revista concreta que hablaba de cada uno de nuestros juegos, como me pasaba a mí con la Micromanía (
mis juegos eran del 84 al 89 y las revistas del 89 al 93... además, siempre te faltaba alguna, no creo que hubiera muchos niños que se la compraran todos los meses durante 5 años).
Pues bien, otra de las cosas que hemos perdido es la
falta total de interés por el futuro, por lo que pasará dentro de 2, 5 o 10 años. Esto era una maravilla que tenía muchas ventajas en el día a día, pero que también influía en nuestra visión de los videojuegos.
No sé vosotros, pero yo con 9-12 años no sabía que aquellas pantallas de Amiga de las revistas eran "la siguiente generación", los 16 bits. Solo sabía que algunas eran más bonitas que otras, pero no me planteaba vender mi Amstrad ni comprarme otra máquina.
De 12 a 17 años, viví en una nube y el MS-DOS era mi plataforma favorita. Algunos juegos eran de 8 bits, otros de 16 y otros de 32, pero para mí tanto el Duke Nukem 3D (32 bits) como el Another World (16 bits) o el Kings of the Beach (8 bits) eran todos "de MS-DOS". Estaba tan empanado en esa época que no me enteré de que existían el Doom ni el Another World hasta que no me llegaron en un CDmix en el 97.
No fue hasta los 18 años, con la Playstation, cuando entendí lo que eran los bits y las diferentes generaciones de consolas. Fue en esos años cuando, por primera vez, tuve hype con pasar a la "next gen" cuando llegaron aquellas imágenes de la PS2 en 1999. Pero, volviendo la vista atrás, creo que juegas más feliz cuando no eres consciente de que a tu máquina le quedan 2 años de vida, que dentro de 5 años ya solo podrás encontrar juegos de segunda mano.
Eso sí, la putada de todo esto es que mi padre siempre me pillaba por sorpresa cuando regalaba o malvendía el CPC, el 486 o el Pentium I. Nunca me arrepentiré lo suficiente de no haberle engañado para que me diera el 486 en 1996, cuando se compró el Pentium 133mhz. Creo que se lo dio a mi tío o algo así... Con lo fácil que hubiera sido decirle que "lo necesitaba para estudiar".
